La ultima vez que nos vimos fue en la cena que hicimos para reunir a toda la clase del 86. Esa tarde llovia y algunos habiamos quedado un poco antes para tomar algo. Alli estabas tu, elegante como siempre y yo. Nos saludamos con efusividad pues aun teniamos presente lo que durante mas de 15 años habiamos compartido. Risas, llantos, tardes en tu casa jugando a la consola o con las figuritas... Habiamos perdido el contacto pero de vez en cuando nos veiamos por ahi de bares y todo seguia igual.
La siguiente vez que te vi estabas en la cama de un hospital. Habia pasado el tiempo, quizas un año o dos. Dias antes de verte, alguien de clase me dijo que te habian atropellado a la salida de tu universidad. Tu cruzabas la calle feliz, quizas con prisa por llegar a casa y comer pero un coche se salto el semaforo y te llevo por delante. Los testigos cuentan que el golpe fue brutal, el morro del coche golpeo tus piernas haciendo que te elevases hasta golpear tu cuello contra el cristal. Minutos mas tarde una ambulancia llevaba tu cuerpo hacia urgencias tratando que siguieses con vida. Lo consiguieron.
Varios dias despues la clase del 86 se volvia a reunir, pero esta vez las risas se habian convertido en lagrimas y los abrazos no eran de felicidad, eran de debilidad. Tus padres y familiares tambien estaban, compungidos por el dolor de verte yaciendo en coma en una habitacion del hospital.
Un medico salio de tu habitacion y hablo con tus padres, les conto el ultimo parte medico y se quedo a la puerta. Tu madre, armada de valor, se acerco a nosotros e inmediatamente nos informo de como estabas. Afortunadamente tu vida no corria peligro pero estarias en coma un tiempo, y despues no volverias a ser el mismo. Todos lloramos, el dolor se habia apoderado de nuestros corazones y en ese momento cualquiera hubiera dado lo que fuese por ser el quien yaciese en esa cama y no tu, que no lo merecias.
Tu madre trago saliva y pregunto si alguien queria entrar a verte. El silencio se apodero del pasillo del hospital. Era muy duro que nos ofreciesen la oportunidad de verte, y mas sabiendo que nuestra presencia iria solo acompañada de tu madre o tu padre y de una enfermera, pues solo podian verte 2 personas al dia. Todos deseaban entrar pero todos callaron, todos menos yo. Me arme de valor y pedi ser yo el que accediera a verte y asi fue.
Acompañado por tu madre y una enfermera cruzamos las puertas de la habitacion, y alli estabas tu. Tumbado en la cama, conectado a miles de aparatos que controlaban tu estado. Nos acercamos a ti y te agarre de la mano. Estabas frio. Tu madre te dijo, quizas con la esperanza de que despertases: "Mira David, tus compañeros de clase han venido a verte y estan fuera, solo ha podido entrar Alvaro Alonso, que te esta cogiendo la mano..."
Apretaste mi mano y la levantaste varias veces, como agradeciendo mi presencia. Mi voz se quebro y solo pude llorar. Seguias incosciente pero aun recordabas nuestra amistad, aun te acordabas de nosotros, y aun tenias ganas de luchar.
La visita duro poco, apenas unos minutos, y tuvimos que salir de la habitacion. Al cruzar todo el mundo nos miro, esperando que dijese algo, pero no pude. Las fuerzas me fallaron y cai al suelo de rodillas llorando.
Hace un par de años de todo esto y yo no lo he podido olvidar, y seguro que tu tampoco. Mucho ha llovido desde la ultima vez que te vi andando con una muleta y muy cambiado por el accidente, pero amigo mio, por mucho tiempo que pase nunca podre dejar de sentir lo que senti al agarrar tu mano y mucho menos, todos los años que pasamos juntos en clase.
Cuidate David.